Por: Waili Gamboa.
Estamos en una cultura donde
la tradición esta puesta por judíos, griegos y latinos y hemos olvidado el
aporte de los árabes, germanos y celtas.
El griego, era la lengua que
judíos y latinos debían aprender para salir del aislamiento, en cambio, los
griegos no se vieron obligados a aprender ninguna de las lenguas, de hecho,
eran monolingües con orgullo. Tampoco hicieron un esfuerzo para comprender la
cultura judía y latina, no conocían literatura ni latina ni hebrea, ya que no
existía la tradición de traducir libros al griego[1].
Los griegos, sin embargo,
podían describir las costumbres de sus extranjeros, sus instituciones,
creencias religiosas, hábitos cotidianos, (lo que hoy conocemos como
etnografía), claro, que todas sus descripciones son vistas desde afuera.
El dialogo con los griegos ocurrió porque los
romanos y judíos aprendieron el griego, no porque alguna vez los griegos se
interesaran en aprender latín o hebreo.
Los romanos, según dice el
texto, absorbieron la cultura griega, para sorprender a los griegos, y para enseñársela
a la aristocracia romana, o sea, los romanos aprovechar la etnografía griega
para sus fines políticos
Los Judíos aprender griego
porque durante los siglos II a.d.n.e y III a.d.n.e –según dice el texto- fueron
gobernados por grecomacedonios y tuvieron que hablar con mandatarios que solo
hablaban griego.
Aprender griego, además, a los
romanos y judíos les permitió comparase con los griegos y que naciera un nuevo
sentido de identidad.
Cuando los griegos intentaron
imponerle sus Dioses a los judíos, provocó un resentimiento profundo, no le
molestaba la creencia de los romanos, puesto que ellos también eran
politeístas, lo único que les interesaba era que los romanos no interfirieran
en la clase dominante.
Podemos notar que el conocimiento oriental no influyó
casi en Grecia, al parecer, esto se debe a que los Griegos levantaron una
barrera, barrera que fue desapareciendo con Platón cuando le dio una
importancia a la sabiduría oriental y si no fuera, no solo por cercanía geográfica,
sino también por interés de los judíos, es posible que ellos hubiesen tenido la
misma relación que tuvieron por ejemplo los persas con los griegos.
Bibliografía:
MOMIGLIANO, Arnaldo. Ensayos
de Historiografía antigua y moderna. (Cap II: La culpa de los Griegos). Fondo de Cultura económica.
México 1997. (págs. 17-28)
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