Por: Waili Gamboa
Unidad
y diversidad de las ciencias del hombre.
Las ciencias humanas son diversas, pero
tienen un mismo interés: el de las acciones pasadas, presentes, futuras del
hombre.
Cada ciencia del hombre tiene una mirada
particular, lastimosamente ninguno trata de unir esas miradas.
“Cada ciencia social es imperialista […]
tiende a presentar sus conclusiones como si fueran una visión global del
hombre”[1]
A medida que las ciencias humanas se amplían,
verifican sus debilidades e intentan entrar en diálogos “por encima de la
frontera” con las otras ciencias humanas.
La historia, al estar poco estructurada es más abierta a abrirse y entrar en diálogos
con las “ciencias vecinas”, sin embrago, estas ciencias vecinas no entienden el
objeto de la historia, y de la misma manera la historia las crítica a ellas. Para
conocerse las unas a las otras, sería necesario una familiaridad, un abandono
de prejuicios y hábitos y ver como las investigaciones de cada una se
relacionan en conjunto.
La circulación de ideas al pasar de una
ciencia a otra sin duda se modificarían, y crearían por lo menos un lenguaje
común.
La historia es la ciencia que tiene un
lenguaje más literario, por ende, es la ciencia más legible y abierta al público.
“Siempre es posible hacer más al situarse en
el marco completo de las ciencias del hombre, organizando movimientos de
conjunto, confluencias que no trastoquen todo, sino que sean capaces de
modificar profundamente las problemáticas y comportamientos”[2].
Historia
y Sociología.
Se entiende por sociología como una ciencia
global. Se entiende por historia como una investigación científica conducida,
una disciplina con métodos y reglas perfectamente definidos.
“No hay una
historia, un oficio de historiador,
sino oficios, historias, una suma de curiosidades, de puntos de vista, de
posibilidades”[3].
Hay una
historia que puede concordar con una sociología.
Todas las ciencias sociales son propensas a “contaminarse” unas con otras.
Para Michelet, historia era “resurrección del
pasado”, Paul Mantoux “la tarea de la historia es la de conmemorar el pasado,
todo el pasado”, se refería a que “lo que es particular, lo que sólo sucede una
vez, es el dominio de la historia. Émile Bréhier opinaba que en lo que en la
vida pasada se repetía era dominio de la sociología, quitándonos a los
historiadores dominio sobre todo el pasado.
Se busca una historia que no se ocupe de los
acontecimientos, lo que ha hecho que inevitablemente entre en contacto con las
otras ciencias del hombre.
“La historia se ha ocupado de aprehender los
hechos recurrentes tanto como los singulares, las realidades conscientes tanto
como las inconscientes”[4] lo que ha hecho que la
historia busque volverse economista, socióloga, antropóloga, demógrafa,
psicóloga, lingüista, creando lazos de amistad con estas disciplinas. La
historia se ha apoderado de todas las ciencias de lo humano, nutriéndose de las
ciencias del hombre para volverse en una ciencia global.
No puede negarse que la historia y la
sociología tienden a reunirse. “Historia y sociología son las únicas ciencias
globales, susceptibles de extender su curiosidad a no importa cual aspecto de
lo social. La historia, en la medida en que la constituyen todas las ciencias
del hombre en el inmenso dominio del pasado, es síntesis. Y la extensión de la
duración bajo todas sus formas le abre, como pienso, la puerta de lo actual,
entonces se encuentra con todos los lugares del festín. Y se encuentra allí por
lo regular al lado de la sociología”[5].
La historia, es de los oficios menos
estructurados de las ciencias sociales, por eso, es flexible y abierto. Hay una
historia económica, geográfica, geografía histórica, demografía histórica, que
son de una gran riqueza, incluso, hay una historia social.
No sé ve con nitidez la diferencia entre
sociología o historia del arte, sociología o historia del trabajo, sociología o
historia literaria, sociología o historia religiosa.
El vocabulario que utilizan también tiene
similitud, por lo menos, modelo y estructura son lo mismo.
En el plano de la historia de larga duración,
la historia y la sociología no se respaldan.
La historia ha tenido el apoyo del marxismo
como método para el estudio de siglos anteriores, sin embrago para el siglo XX
no lo tiene, es por eso, que el historiador se ha visto obligado a a despojarse
de sus hábitos y aprendizajes para contraer nuevos.
El desacuerdo más profundo que existe entre
la historia y la sociología es el tiempo, puesto que para los sociólogos “el
tiempo social es simplemente una dimensión particular de una realidad social”[6], para nosotros los
historiadores el tiempo debe medirse como los ciclos económicos.
Bibliografía: BRAUDEL, Fernand. Escritos sobre la historia (Cap: La historia
y las otras ciencias del hombre). Fondo de cultura económica. México.
[1]
BRAUDEL,
Fernand. Escritos sobre la historia (Cap:
La historia y las otras ciencias del hombre). Fondo de cultura económica.
México. Pág. 76.
[2]
Ibídem pág. 82.
[3]
BRAUDEL,
Fernand. Escritos sobre la historia (La
historia y las otras ciencias del hombre). Fondo de cultura económica.
México. Pág. 85.
[4]
Ibídem pág. 90.
[5]
Ibídem pág. 92.
[6]
Ibídem pag. 102
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