jueves, 3 de octubre de 2013

Reseña: Voces y Silencios en la Historia: Siglo XIX y XX capítulo: La historia como crítica y como ciencia de Sonia Corcuera.


Waili Tatiana Gamboa Martínez. 

El texto empieza a hablar de cuando se utilizó el térmico “crítico” para describir a los editores de los textos clásicos, aquellos que prestaron gran atención a las ciencias auxiliares.
Sonia Corcuera hace un recorrido por diferentes autores, empezando por  Dom Jean Mabillon (1632-1707) que hablaba de la importancia de unir el trabajo manual con la oración, para así tener una sólida formación intelectual. Dom Jean Mabillon inició un método crítico de las fuentes históricas, haciendo una distinción entre documentos verdaderos y falsos, dándole relevancia a los textos antiguos.
Sonia Corcuera  sostiene que gracias a la independencia económica de los monjes, ellos tuvieron una independencia intelectual. En las bibliotecas de los monjes se encontraban la historia de la orden de San Benito, pero también la historia de los pueblos y naciones (CORCUERA, Sonia. pág. 114) los manuscritos con que contaban era la clave para tener acceso a las voces del pasado.
Armand Jean Rancé, no estaba de acuerdo con la formación de los monjes, pues decía que eso acababa con la humildad y la simplicidad de la vida de los monjes, al parecer, como dice Sonia Corcuera “un hombre sabio que forma parte de la comunidad religiosa causa muchos trastornos”, a lo que Mabillon no se quedó callado, y dijo que el monje que no ha sido educado se torna rebelde y rudo.
El Estudio del pasado y la crítica de fuentes por parte de Mabillon se justificaba para “no creer ciegamente en falsas historias ni supersticiones, no dar rienda suelta a la imaginación hueca, a visiones mal fundamentadas, a supuestos milagros o a falsas obras de los padres de la iglesia” (Debois, 1985).  Las reglas para verificar la legitimidad de los documentos se deben a Mabillon, quien además tenía una gran fidelidad por lo datos cronológicos.
Posteriormente Montesquieu y Voltaire se ocuparon de la historia universal. Primero reunían los materiales que debían trabajar, después verificaban la autenticidad de las fuentes, y por último fijaban los hechos.
Sonia Corcuera resalta la idea de que cuando los alemanes deciden darle cientificidad a la historia por medio de la interpretación de los textos cambio el panorama, pues hora se sabía que los hechos no son la historia misma, cayeron en cuenta que era necesario ir más allá de las bibliografías o de las tablas cronológicas, que cualquier trabajo histórico implica una selección, y que la posición del historiador define los diferentes aspectos de la verdad, pues cada uno
contempla el pasado desde una posición particular. “Había que considerar la individualidad de los acontecimientos y al mismo tiempo tener en cuenta las relaciones humanas”[1].
Sonia Corcuera  dice que estos alemanes “abrieron brecha”, pero fueron una mezcla entre lo moderno y lo conservador, pues trataron de equilibrar el análisis de las estructuras políticas y sociales con la narración de acontecimientos, pero no estaban preparados para integrar sus narraciones con información demográfica, económica y geográfica, ni tenían la capacidad para sustentar sus trabajos en un examen en verdad crítico de fuentes (CORCUERA, Sonia).
Al principio del siglo XIX en Berlin, hubo una nueva orientación científica, los historiadores se preocuparon por definir y delimitar los fenómenos humanos significativos, que, según ellos, podían ser entendidos en su individualidad, esta nueva orientación, se conoció como historicismo.
Sonia Corcuera, sigue con Guillermo Von Humboldt (1767-1835)  a quien se le debe la construcción de los 3 temas que iban a construir el eje teórico de la historiografía alemana en el siglo XIX: I) recogió del pensamiento kantiano la polaridad entre la naturaleza e historia, entre idea y experiencia. II) La práctica de la historia debe centrarse en los conflictos entre los grandes poderes, lo que provoca que se descuide la historia social y económica y le da a la historia una inclinación política. Y por último, III) el interés y también la preocupación por el futuro de la cultura europea. 
Humboldt les exige a los historiadores que combinen su trabajo con la erudición y la intuición, lo que Sonia Corcuera explica en 5 puntos:
I)                    El trabajo será más acertado entre más completa y exacta a sea la descripción, por eso, a investigación debe ser imparcial, exacta y crítica de los acontecimientos. “Para ser más que un simple intérprete y reproductor del pasado y para conectar los hechos explorados, el historiador usa la comprensión intuitiva”[2].
II)                  El historiador usa la imaginación y la intuición para develar lo que queda confuso.
III)                El arte y la naturaleza como las dos representaciones de la realidad.
IV)               El hecho de describir la realidad no impide al historiador manipularla. El historiador consigue transformar los datos en un conjunto coherente.
V)                 La importancia del lenguaje para el historiador, pues si no lo usa adecuadamente puede distorsionar la realidad. Humboldt explica que es difícil donde no haya un relato que este contaminado por las ideas del historiador.
Sonia Corcuera continúa este capítulo con Leopoldo Von Ranke (1795-1886) quien expuso de manera metódica y creativa el proceso mediante el cual la historia explica por qué las cosas sucedieron de una manera u otra. Él era muy fiel a la búsqueda de fuentes y documentos contemporáneos para así mostrar lo que en realidad había ocurrido.
El método de Ranke consistía en establecer normas precisas para para reunir las fuentes, seleccionarlas en función de su autenticidad, analizar e interpretar su contenido y explicar el proceso histórico. El propósito es alcanzar la verdad (CORCUERA, Sonia).
Para Ranke la contradicción de fuentes no existe, así que le historiador debe limitarse a mostrar el error y proceder a rechazar la versión menos confiable. Cuando no hay elementos para eliminar una de las versiones, se deja que en el futuro otros documentos demuestren cual es la versión falsa.
Ranke no comprendió que el manejo de los hechos no escapa a una doble subjetividad.
La confianza de Ranke para distinguir los datos significativos de los insignificantes lo separa del enfoque de los positivistas, de los marxistas, de los románticos y de los idealistas.
Aunque para Ranke el método era importante, ese era solo el medio para alcanzar la verdad, más no un fin.
Para conocer los hechos humanos Ranke se movió entre la filosofía y la historia, y concluye que la separación entre estas dos disciplinas no es completa, pues la historia combina la vida del espíritu con la observación de los fenómenos y sigue su desarrollo (CORCUERA, Sonia).
Por último Ranke hace una jerarquía encabezada por Dios, que ordena el proceso histórico de manera armoniosa y estable y seguido por los seres humanos.
Bibliografía:
CORCUERA, Sonia.  Voces y Silencios en la Historia: Siglo XIX y XX" (Capítulo: La historia como crítica y como ciencia). Fondo de cultura económica. México, 1999.








[1] CORCUERA, Sonia.  Voces y Silencios en la Historia: Siglo XIX y XX" (Capítulo: La historia como crítica y como ciencia). Fondo de cultura económica. México, 1999.
[2] Ibidem. 

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