Por: Waili Tatiana Gamboa Martínez.
Marc Ferro (1924, París) es un historiador francés. Su estudio se centra en la historia europea de principios del siglo XX, especialmente en la historia de la URSS, así como la historia del cine. Es Director de Estudios en Ciencias Sociales en la École des hautes études en sciences sociales. Es co-director de la revista Annales. También ha dirigido y presentado documentales televisivos sobre el ascenso del nazismo, Lenin y la Revolución Rusa, así como de la representación de la historia en el cine”.[1]
“Nacido en Kinshasa (ex Zaire, ahora
República Democrática del Congo) Elikia M'Bokolo asistió a la universidad en
París, donde fue alumno de la Escuela Normal Superior. Después de recibir su
agregación de historia en 1971, su carrera académica se desarrolla
principalmente en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. En
la actualidad es director de estudios en el Centro de Estudios Africanos. Mientras
tanto, también se enseña en el Instituto de Estudios Políticos de París, el
Instituto de Relaciones Internacionales y varias universidades no franceses,
incluyendo Nueva York, Lisboa y Oporto. Además, es productor para el programa
de Radio France Internationale "Memoria de un continente". Él es
también el presidente de la Coordinación de la diáspora congoleña.”[2]
El
Apartheid fue la última fase, la más violenta, la más dura y también la más
combatida, del largo proceso de dominación, explotación y despojo contra los
africanos desde los comienzos de la presencia europea en África del Sur hasta
la década de 1990.
Apartheid
significa separación. Este concepto, como ideología apareció enunciado en 1953
por el profesor P. Van Biljoen[3] y
difundido en 1943 en diarios nacionales y por políticos del Partido
Nacionalista Reunificado.[4]
El
Apartheid “trataba de trataba de designar
una nueva política basada en la separación estricta y definitiva de las
diferentes “comunidades” que existían en África del Sur con el fin de instaurar
el “desarrollo separado” de las mismas”[5] garantizando además la seguridad de los blancos y de
la “civilización cristiana”.
Un mito
que sirve de base para el Apartheid es que encontraron al África del Sur sin
ocupación humana, esto fue respaldado por la historiografía, aun cuando las
poblaciones locales como Khoi, San y los pueblos de lengua bantú, confirman una
presencia antigua en la región.
Las
poblaciones locales se negaron a trabajar en las granjas de los colonos, y
obligo a estos a importar mano de obra de otros lugares como Madagascar, África
occidental y oriental, de las Indias Holandesas y del golfo de Bengala.[6]
Los
Colonos iban más hacia el norte, especialmente hacia las ricas tierras del
este, lo que provocó una serie de guerras: Blancos contra Khoi y los san,
“guerras cafres” (1750-1856) contra la población Xhosa, “guerras sotho”
(1858-1881) contra los Sotho, y “guerras zulúes” (1838-1879).[7] Estas
guerras fueron útiles para los Colonos, pues les ayudaban a acaparar tierras, reducir
a los africanos a mano de obra servil y vender el imaginario de que los
africanos eran “obstáculos al progreso de la civilización”[8], pero
también existía un miedo al levantamiento y la insurrección, por eso prohibían
que los esclavos se reunieran en grupos de más de dos o que anduviesen armados.[9]
En 1807
los británicos prohibieron la trata de esclavos y en 1833 prohibieron la
esclavitud, y pese a que en 1828 se proclamó igualdad jurídica de negros y
blancos[10] las prácticas
de discriminación persistían e incluso se atenuaron tras el descubrimiento de
diamantes, en 1867 y de oro en 1886[11].
La
economía colonial sudafricana reposó en el capitalismo minero e industrial
controlado por los británicos, y el capitalismo agrario en manos de los bóers.
Para ambos se necesitaban tierras y mano de obra, sin embargo, la industria
necesitaba una mano de obra libre y el agrario requeria una mano de obra ligada
a la tierra en condición de servidumbre.
Se
puede decir que los fundamentos jurídicos de Apartheid fueron dos: En 1923 con
la Ley de Zonas Urbanas cuando se confirmó la excusión de los africanos en la
zona Urbana permitiéndoles únicamente vivir en “municipios” apartados de los
barrios europeos.[12] En
1927 con la Ley de Inmoralidad que prohibía las relaciones sexuales entre
negros y blancos fuera del matrimonio.[13]
El
primer ministro Daniel Malan de 1970 a partir de la Ley de Registro de la
Población proponía un sistema clasificatorio de los “grupos raciales” de donde
iban a derivar la segregación reforzada y también la exclusión política de los
africanos y el carácter cada vez más policial del régimen. A partir de este momento los sudafricanos fueron divididos en
tres grupos definidos por su apariencia física:[14]
·
Los “blancos”, en
donde estaban incluidos los japoneses eran un 20.8% de la población en 1951.
·
Los “de color” donde
estaban incluidos mestizos, mestizos de Cabo, chinos e indios, eran un 10.8% de
la población y estaban privados del derecho al voto.
·
Los negros, que eran
un 68.2% de la población. En este grupo se colocó a “toda persona a la que se acepta generalmente como miembro de una raza
aborigen o de una tribu Áfricana”[15]
La asignación de la identidad de los negros fue doble,
una identidad “racial” y una “tribal” o “étnica”, donde se establecieron
arbitrariamente nueve grupos étnicos.[16]
En 1970
y 1980 las revueltas se multiplicaron ante la arbitrariedad y la miseria,
haciendo intervenir a la Policia Sudafricana y a la Fuerza Sudafricana de
Defensa, y a las milicias formadas a la sombra del gobierno que gozaban de
impunidad.
La
política de “divide y vencerás” no fue del todo efectiva, pues cada grupo
racial creo que sus organizaciones de resistencia, así como también se formaron
organizaciones transétnicas.
En 1982
las distintas fuerzas armadas reunían a 120.000 efectivos llevando al gobierno
a aumentar la represión con matanzas, represiones en manifestaciones, asesinato
a militantes anti-Apartheid y procesos inicuos como el de los jefes del CNA
entre los que se hallaba Nelson Mandela.[18]
Finalmente,
en 1955 se acabó de dar forma a un proyecto constructivo de otra Sudáfrica, enunciado
en la Carta de la Libertad: “Sudáfrica pertenece
a todos aquellos que viven en ella, tanto a los blancos, como a los negros, y
ningún gobierno tiene base jurídica para pretender ejercer la autoridad si no
la posee por la voluntad de todos”.[19]
Bibliografía:
·
FERRO Marc y VV.AA. El libro negro del Colonialismo. La esfera de los libros. (Cap: Las prácticas del Apartheid de Elikia
M’Bokolo.)
·
Biographies. Elikia M'Bokolo. Africultures. Tomado de: http://www.africultures.com/php/?nav=personne&no=4299 el 10-11-15.
[2] Biographies. Elikia
M'Bokolo. Africultures. Tomado de: http://www.africultures.com/php/?nav=personne&no=4299 el 10-11-15. Traducido por Google
traductor.
[4] FERRO Marc y VV.AA. El libro negro del Colonialismo. La esfera de los libros. (Cap: Las prácticas del Apartheid de
Elikia M’Bokolo.). Pág. 553.
[6] FERRO Marc y VV.AA. El libro negro del Colonialismo. La esfera de los libros. (Cap: Las prácticas del Apartheid de
Elikia M’Bokolo.). Pág. 554.
[12]Ibidem. Pág. 558.
[15] FERRO Marc y VV.AA. El libro negro del Colonialismo. La esfera de los libros. (Cap: Las prácticas del Apartheid de
Elikia M’Bokolo.). Pág. 560.
No hay comentarios:
Publicar un comentario