martes, 24 de noviembre de 2015

Reseña: Introducción de "Las fuentes del poder social" de Michael Mann,

Waili Tatiana Gamboa Martínez

La estructura de las sociedades está determinada por cuatro fuentes del poder social: ideológica, económica, militar y política. Mann intentará explicar en la introducción cual es la relación entre estas cuatro fuentes de poder.

Durante el siglo VIII en la estructura social de Occidente las fuentes de poder der que tienen el protagónico son la económica y la militar.

Durante el siglo XX el poder militar quedaba ligado en el “Estado Moderno” y el capitalismo revolucionaba la economía lo que provocó que las fuentes de poder económico comenzaran a predominar.[1] Las relaciones ideológicas, a cargo de las instituciones religiosas comenzaron a debilitarse.

Mann sostiene que las cuatro fuentes del poder social no siguen trayectorias independientes, sino que se entrelazan.[2]

El autor explica el poder distributivo y colectivo de Parsons. El poder distributivo es el poder que ejerce el actor A sobre el B. El poder colectivo es el  poder unido de A y B para explotar la naturaleza o a un actor C. Durante el periodo que le compete al autor, el poder colectivo, gracias al capitalismo creció, la Revolución militar aumentó el poder de Occidente y el Estado moderno promovió la aparición de otro actor de poder colectivo: la nación.[3] Toda este creciente de poderes colectivos por supuesto provocó la disminución del poder de las elites.

Las clases y los Estados-Nación crecieron juntos a pesar de sus diferencias, pero el problema consistía entonces hasta qué punto debía organizarse la vida social en torno a principios autoritarios, territoriales, nacionales y elitistas.[4]

El autor expone el Modelo IEMP de organización del poder las cuales tiene “tres características formales y cuatro sustanciales que determinan la estructura general de las sociedades”[5].

La organización supone del poder colectivo y distributivo. Asi mismo, el poder pude ser extensivo o intensivo.

El poder extensivo puede organizar grandes masas de población en territorios extensos. El poder intensivo moviliza un alto grado de avenencias entre quienes participan en él”[6]

El poder puede ser autoritario o difuso. “El poder autoritario comprende las órdenes procedentes de la voluntad de un actor […] y supone la obediencia consciente de los subordinados. […] El poder difuso no manda directamente; se propaga de forma relativa espontánea, inconsciente y desentralizada”[7] Las personas actúan de una forma determinada pero no por una orden de alguien concreto, si no por los poderes ideológicos.

El poder ideológico comparte normas, valores, prácticas estéticas y rituales en los individuos. Procede a través de la persuasión. 

El poder económico nace de la necesidad de extraer, transformar , distribuir y consumir los recursos de la Naturaleza.

El poder Militar es el poder de la fuerza física. Su organización es autoritaria y en el caso de Occidente, este poder ha sido monopolizado por los Estados.

El poder político surge para regular, su naturaleza es autoritaria ya que impone ordenes desde un centro.

Estos últimos cuatro poderes son necesarios entre sí, pues “…Una organización económica, por ejemplo, requiere que algunos de sus miembros compartan normas y valores ideológicos. También necesita de una defensa militar y una regulación estatal.”[8]
Hoy vivimos en una sociedad global, pero para Mann no se trata de una sociedad unitaria, sino de una única red de poder.[9]

Como ya mencionó antes el autor, lo que los contemporáneos llaman “modernización” va de la mano con el poder colectivo, que sirvió para explotar a la Naturaleza o a naciones menos desarrolladas.

Sin embargo, a pesar del proceso la tradición no pierde importancia. El capitalismo tuvo que, por el contario se formaron según formas antiguas.

Es decir, la transformación económica no fue única sino múltiple.[10]



[1] MANN, Michael. Las fuentes del poder social. Vol II. Alianza. 1997. Pág. 16.
[2] Ibidem. Pág. 17.
[3] Ibidem.
[4] Ibidem. Pág. 18.
[5] Ibidem. Pág. 22
[6] MANN, Michael. Las fuentes del poder social. Vol II. Alianza. 1997. Pág. 22.
[7] Ibidem.
[8] Ibidem. Pág. 26.
[9] Ibidem. Pág. 28
[10] Ibidem. Ppag. 37. 

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