Waili Tatiana Gamboa
Martínez
La estructura de las sociedades está determinada por
cuatro fuentes del poder social: ideológica, económica, militar y política.
Mann intentará explicar en la introducción cual es la relación entre estas
cuatro fuentes de poder.
Durante el siglo VIII en la estructura social de
Occidente las fuentes de poder der que tienen el protagónico son la económica y
la militar.
Durante el siglo XX el poder militar quedaba ligado en
el “Estado Moderno” y el capitalismo revolucionaba la economía lo que provocó
que las fuentes de poder económico comenzaran a predominar.[1] Las relaciones
ideológicas, a cargo de las instituciones religiosas comenzaron a debilitarse.
Mann sostiene que las cuatro fuentes del poder social
no siguen trayectorias independientes, sino que se entrelazan.[2]
El autor explica el poder distributivo y colectivo de
Parsons. El poder distributivo es el poder que ejerce el actor A sobre el B. El
poder colectivo es el poder unido de A y
B para explotar la naturaleza o a un actor C. Durante el periodo que le compete
al autor, el poder colectivo, gracias al capitalismo creció, la Revolución
militar aumentó el poder de Occidente y el Estado moderno promovió la aparición
de otro actor de poder colectivo: la nación.[3] Toda este creciente de
poderes colectivos por supuesto provocó la disminución del poder de las elites.
Las clases y los Estados-Nación crecieron juntos a
pesar de sus diferencias, pero el problema consistía entonces hasta qué punto
debía organizarse la vida social en torno a principios autoritarios,
territoriales, nacionales y elitistas.[4]
El autor expone el Modelo IEMP de organización del
poder las cuales tiene “tres características formales y cuatro sustanciales que
determinan la estructura general de las sociedades”[5].
La organización supone del poder colectivo y
distributivo. Asi mismo, el poder pude ser extensivo o intensivo.
“El poder extensivo puede organizar grandes
masas de población en territorios extensos. El poder intensivo moviliza un alto
grado de avenencias entre quienes participan en él”[6]
El poder puede ser autoritario o difuso. “El poder autoritario comprende las órdenes
procedentes de la voluntad de un actor […] y supone la obediencia consciente de
los subordinados. […] El poder difuso no manda directamente; se propaga de
forma relativa espontánea, inconsciente y desentralizada”[7]
Las personas actúan de una forma determinada pero no por una orden de
alguien concreto, si no por los poderes ideológicos.
El poder ideológico comparte normas, valores,
prácticas estéticas y rituales en los individuos. Procede a través de la
persuasión.
El poder económico nace de la necesidad de extraer,
transformar , distribuir y consumir los recursos de la Naturaleza.
El poder Militar es el poder de la fuerza física. Su
organización es autoritaria y en el caso de Occidente, este poder ha sido
monopolizado por los Estados.
El poder político surge para regular, su naturaleza es
autoritaria ya que impone ordenes desde un centro.
Estos últimos cuatro poderes son necesarios entre sí,
pues “…Una organización económica, por
ejemplo, requiere que algunos de sus miembros compartan normas y valores
ideológicos. También necesita de una defensa militar y una regulación estatal.”[8]
Hoy vivimos en una sociedad global, pero para Mann no
se trata de una sociedad unitaria, sino de una única red de poder.[9]
Como ya mencionó antes el autor, lo que los
contemporáneos llaman “modernización” va de la mano con el poder colectivo, que
sirvió para explotar a la Naturaleza o a naciones menos desarrolladas.
Sin embargo, a pesar del proceso la tradición no
pierde importancia. El capitalismo tuvo que, por el contario se formaron según
formas antiguas.
Es decir, la transformación económica no fue única sino
múltiple.[10]
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