sábado, 4 de junio de 2016

Reseña: El espaciotiempo como base del conocimiento de Immanuel Wallerstein.

Waili Tatiana Gamboa Martínez.
Immanuel Wallertein: “(Nueva York, 1930) Sociólogo e historiador estadounidense. Inspirado en los trabajos de Fernand Braudel, ha desarrollado el concepto de «economía-mundo capitalista», en el que sostiene la necesidad de analizar el capitalismo de forma unitaria y con perspectiva histórica, es decir, las relaciones entre centro, periferias y semiperiferias como partes de un único sistema mundial dentro del cual se da también el fenómeno de la división del trabajo entre países explotadores, explotados e intermedios. Entre sus obras destacan Cambio social (1966), El moderno sistema mundial (3 vols., 1974-1980), Economía del mundo capitalista (1983), El capitalismo histórico (1988), Raza, nación y clase (1991) y El futuro de la civilización capitalista( 1997).”[1]

Para Wallerstein, el tiempo y el espacio son los parámetros más obvios de nuestra existencia. Estos conceptos serían entonces el centro de cualquiera y de todos los intentos de obtener el conocimiento social. Wallerstein lo llama “TiempoEspacio” y aclara que este es una construcción social, sin embargo existe a pesar de nosotros.[2]

“El TiempoEspacio episódico o geopolítico es la explicación de lo inmediato en el tiempo y en el espacio a través del tiempo y del espacio que le precede de manera inmediata…”[3]

Es decir, que todo momento episódico es equivalente a cualquier otro. Del Tiempo Espacio eterno solo existen generalizaciones.

La historia para Wellestain empieza en la Edad Media Europea, cuando la iglesia estaba aún en capacidad de mantener un control sobre la definición de verdad.
Los dos grandes movimientos que se asocian entonces para el mundo moderno es el Renacimiento y la Reforma. La “rebelión” de los filósofos en contra de los teólogos fue el primer paso para cambiar el pensamiento de la Edad Media e incluso, un grupo de pensadores empezó a autodenominarse científicos.[4]

Los científicos al considerar la cultura como subjetiva toman distancia de esta, declarándose neutrales y objetivos y por ende más propensos a acercarse a la verdad, por el contario, los filósofos señalan a los científicos de ignorar los valores fundamentales de la vida social.[5]

El mundo no académico, finalmente se inclina a ver los argumentos de los científicos como más validos por su pragmatismo.

“…El mundo del conocimiento ha estado comprometido en un extenso debate epistemológico entre aquellos que tienen una perspectiva del conocimiento básicamente positivista, y aquellos tienen una perspectiva principalmente hermenéutica, entre aquellos que decían que la realidad se conoce únicamente a través de la intuición empática”.[6]


El TiempoEspacio Cíclico-Ideologico no debería confundirse con el TiempoEspacio eterno. El análisis de modelos cíclicos a término medio en el funcionamiento de un sistema social histórico revela la “anatomía” del sistema desde una mirada científica, hasta incluso moral. El análisis de los modelos cíclicos nos permite notar lo que podemos hacer, pero también los que no podemos hacer para alterar el funcionamiento de un sistema.[7]

En el caso de los sistemas, es fundamental entender que todos los sistemas tienen mecanismos que los regulan, pues esto es lo que les da su naturaleza de sistemas.[8]

Aunque percibir ls TiempoEspacios cíclo-Ideologicos nos permite entender mejor el funcionamiento de un sistema es un riesgo, pues, a través de sus parámetros ideológicos nos puede llevar a percibir novedades constantes, esto para Wallerstaein quiere decir que el TiempoEspacio cíclico-ideologico a menudo se autodebilita.[9]

No hay nada que muestre de manera tan clara las limitaciones del TiempoEspacio eterno y del TiempoEspacio geopolitoco como el TiempoEspacio estructural, pues este se refiere a los que podemos cambiar (el sistema a corto plazo), que cambiará de manera segura (el sistema a largo plazo), por qué el sistema no cambia a corto plazo realmente (los ritmos cíclicos) y por qué en efecto cambia a largo plazo (las tendencias seculares que se alejan del equilibrio)[10]. Una división que sin duda recuerda las tres estructuras de Braudel.

En este momento de cambio transformativo existen dos vectores que son decisivos. “Uno es la lucha política entre aquellos que sostienen sistema de valores opuestos o diferentes. Y al segundo es la lucha dentro del mundo del conocimiento, que determina si podemos clarificar las alternativas históricas con las que enfrentamos, hacer más lúcida nuestra elección criticando y facultando a aquellos que estan comprometidos en la lucha política”[11]

Es claro, que el tiempo y el espacio esta más allá del control del ser humano, sin embargo tanto el tiempo como el espacio afectan la realidad social.

Wellerstein finalmente propone que debemos ser conscientes y reconocer el EspacioTiempo en el que estamos viviendo, y que por ser un EspacioTiempo transformativo debemos ser conscientes de que nuestra elección histórica se encontrara con distintas visiones y que sobre todo, no podemos comprometernos en la batalla socio-política, sin llegar a reconstruir el mundo del conocimiento como elemento esencial.[12] 

Bibliografía:
·         WALLERSTEIN, Immanuel. El espaciotiempo como base del conocimiento.
·         Immanuel Wallerstein. Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Tomado de: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/w/wallerstein.htm el 1 de Febrero 2016.





[1] Immanuel Wallerstein. Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Tomado de: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/w/wallerstein.htm el 1 de Febrero 2016.
[2] WALLERSTEIN, Immanuel. El espaciotiempo como base del conocimiento.
[3] Ibidem.
[4] Ibidem.
[5] Ibidem.
[6] Ibidem.
[7] Ibidem.
[8] Ibidem.
[9] Ibidem.
[10] Ibidem.
[11] Ibidem.
[12] Ibidem. 

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