Por: Waili Tatiana Gamboa Martínez.
“Dorinda
Outram es profesora de Historia en la Universidad de Rochester. Ella se
especializa en la historia europea desde 1648-1848, con especial énfasis en la
Ilustración y la Revolución Francesa, la historia del cuerpo, la historia de la
ciencia y la historia de la exploración geográfica. […] Outram se educó en
la Universidad de Cambridge.”[1]
En este primer capítulo la autora explica las
diferentes interpretaciones de la Ilustración.
La ilustración se ha definido de muchas formas
diferentes, incluso en la época se tenía muy claro que el Illuminismo Italiano, el Lumieres
Francés, el Aufklärung Alemán eran diferentes entre
sí.[2]
Para el filósofo judío Moses Mendelssohn (1729-1786) “”Ilustración” se refería a un proceso, aún
incompleto, de educación en el uso de la razón, que debería estar abierto a
todos”[3].
Mendelssohn apoyaba la “filosofía popular” que procuraba difundir las ideas
de la Ilustración entre las clases más bajas. Otros autores por el contrario
propinan que la Ilustración era definida
por la estética.
Immanuel Kant (1724-1804) pensaba que el uso de la razón
tenía que desarrollarse lo más posible, sin embargo esto podría llegar a
disolver el orden social, político y económico llevando al caos.
Kant ofrecía varios significados de la Ilustración,
pero deja claro que la Ilustración era un proceso, no un proyecto ya concluido
y que por lo tanto estaba lleno de dificultades y contradicciones.
Hasta hace muy poco tiempo, la Ilustración era vista
como un movimiento unitario, y que a grandes rasgos los asuntos humanos eran
guiados por la racionalidad. Sin embargo no es tan homogéneo como se tiende a
entender, por ejemplo, “…la hostilidad de
pensadores como Voltaire y Diderot hacia la iglesia católica era muy diferente
del profundo interés por las cuestiones teológicas que mostraron pensadores
alemanes tales como Christian Wolff y Leibniz”[4]
Peter Gay, al igual que Cassirer, plantean la
Ilustración con un pensamiento más positivista determinando su cronología a
partir de las vidas de grandes pensadores. Para Gay la primera etapa de este
movimiento empezó con Voltaire, seguida de
Denis Diderot, D’Akembert y Jean-Jacques Rousseau; La ilustración tardía
se limita a las vidas de Lessing y Kant, además afirma que este movimiento
consistió en la hostilidad a la religión y la búsqueda de la libertad y el
progreso alcanzada por la razón.[5] Pero sin duda el aporte
más importante de Gay fue vincular las colonias Americanas a la Ilustración
sustentando que el compromiso con “la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad”[6] de la independencia de los
EE.UU era un discurso propio de la Ilustración.
Para los historiadores estudiosos de la Ilustración la
transmisión de ideas se dio por medio de periódicos, panfletos, cartas, libros
y acontecimientos políticos.
En los años setenta los historiadores se interesaron
por “la base social de la ilustración” y por el problema de cómo se transmitían
y usaban las ideas.
En el periodo de la Ilustración el hombre logró
dominar la naturaleza “…y después a otros
seres humanos al controlarlos “racionalmente” mediante el uso de la
tecnología”.[7]
Podemos decir entonces que la Ilustración es totalitaria pues “abandona la búsqueda del significado y se
limita a tratar de ejercer poder sobre la naturaleza y el mundo”[8].
El filósofo alemán Jürgen Habernmas, retomando ideas de
Horkheimer y Adorno decía que la Ilustración consumía cultura y la convertía en
mercancía. Él también vio a la Ilustración como creadora del “dominio de lo
público”, o sea que puede provocar el surgimiento de una “opinión pública que
empezara a cuestionar las fuerzas establecidas.[9]
“…los hombres podían despojarse de sujetos y adquirir
autonomía en el ejercicio e intercambio de sus propias opiniones e ideas. […]
Habernas reinterpretó la cultura de la Ilustración como un mundo en el cual el
conocimiento conservaba su capacidad de liberar por medio de la crítica,
incluso sin dejar de ser una mercancía”.[10]
Foucault adoptó la perspectiva de Kant de que la
Ilustración no estaba completa, y ambos coincidían en que la Ilustración servía
para evaluar el presente. Hoy aún muchos autores sostienen que la Ilustración
es un periódico histórico cerrado.
Como hemos visto, la Ilustración se ha interpretado de
muchas formas. Por ejemplo algunos historiadores muestra una relación entre la
Ilustración y el surgimiento de un mundo global. “Por globalización se entiende aquí el estudio de la historia de los
factores que, con creciente velocidad desde la Ilustración, se han conjugado
para convertir al mundo en un sistema único”[11]
En el segundo capítulo la autora nos esboza en el
contexto social de la Ilustración.
La investigación histórica se ha concentrado en el
contexto social en el cual se produjeron, recibieron y “sacaron del mercado”
las ideas de la Ilustración.[12]
Autores como Muchembled y Roger Chartier han estudiado
la penetración de las ideas de la Ilustración de las élites hasta las clases
sociales más bajas.[13]
Muchos estudiosos de la Ilustración han identificado
también el establecimiento por toda Europa de nuevas Instituciones y
organizaciones en las que se podía examinar y discutir ideas. En estas
Instituciones serían lo que Jürgen Habermas describió como “la nueva esfera
pública” del siglo XVIII[14].
Para entender los modos de difusión de la Ilustración
Outram nos explica algunas características del periodo.
El siglo XVIII fue una época de expansión económica,
urbanización creciente, aumento de la población y mejora de las comunicaciones
para Europa Occidental y América del Norte. Partes de Gran Bretaña, Holanda y
el Norte de Italia entraron en la “Revolución Industrial”. Este mundo nuevo, si
queremos llamarlo asi, trajo consigo la “división del trabajo” lo que hizo
posible producir mayor cantidad de bienes de consumo a precios más bajos.
Los bienes de gran producción en su mayoría eran
libros, panfletos, periódicos, pinturas, todos los cuales eran medios para la
transmisión de ideas. Estos medios culturales se vieron apoyados además por la
traducción y por la difusión en las colonias de América, el Caribe, la India y
lo que es hoy Indonesia.
Al final, este intercambio contribuyó a la
homogenización del mundo, donde prevaleció la cultura Europea, derrumbando los
sistemas culturales indígenas.
Autores como Thomas Crow han estudiado la relación
entre la transmisión de las ideas y la palabra escrita. Aunque Darnton sostiene
que a la gente solo se le ensañaba a leer para seguir la misa en Latin, y que
no tenían mayor fluidez de alguna manera la sociedad no letrada tenía exceso a
los textos, un ejemplo que nos da Outram es la lectura en voz.
También hubo un aumento al acceso físico al material,
pues hubo un crecimiento de las librerías de préstamo.
“Más del 70% de los libros prestados correspondían a
la categoría de las novelas; el 10% era la historia, biografías y viajes, y
menos del 1% era de obras religiosas”[15]
Los libros más leídos en la Ilustración eran escritos
por hombres y mujeres que no están en la lista de los Ilustrados. Fueron estos los que produjeron el grueso de
lo que se leía.
Estos cambios de la lectura fueron acompañados por
cambios en la posición social de escritores y editores, pues estos se
convirtieron en formadores de conocimiento y la opinión, este grupo, se
organizó en la República de las Letras que incluso hicieron posibles la
aparición de La Enciclopedia.
“Grub Street” era una comunidad de escritores
independientes quienes atacaban de manera directa al statu quo.
En La República de las Letras estaba dividida entre
hombres y mujeres, pues aunque habían muchas mujeres en el “Grub Street”,
recibían muchas críticas producto del texto de Rousseau de Emilio, o de la educación que decía que la mujer estaba dominada
por la emoción y se le dificultaba contribuir ideas desde la racionalidad.
Todas estas nuevas “instituciones” como las llama
Outram, se volvieron espacios en los cuales se abandonaba temporalmente las
distinciones entre los miembros para buscar para el intercambio de ideas y
convertirlas en una fuerza de la “opinión pública”
Una de estas Instituciones fue la masonería, que por
su carácter secreto y por la amenaza que pensaba que podría representar para el
statu quo fue rechazado por algunos
países en Europa.
Hasta ahora Outram solo nos ha hablado de la población
urbana, lo que suscita una pregunta: ¿Cómo penetraron las ideas de la
Ilustración en las clases sociales fuera de las elites? Esto se dio gracias a
colecciones de libros pequeños de elaboración barata que incluían almanaques
con consejos agrícolas y predicciones del clima, biografías sensacionalistas de
criminales famosos, versiones resumidas de novelas recientes.[16]
Otra manera de transmisión de las ideas de la
Ilustración fue por la forzada intimidad
que vivían los sirvientes (que usualmente eran de zonas rurales) con sus amos,
lo que derrumbó la división nítida entre la
baja y alta cultura. Además, los sirvientes, serían los que servirían de
puente para la población en el campo que a través de los servicios postales
tenían la oportunidad de recibir las experiencias e ideas de quienes vivian en
la ciudad.
Bibliografía:
·
OUTRAM, D. La
Ilustración. Siglo XXI. México, 2009.
·
Berkley Center. Dorinda Outram. Tomado de: http://berkleycenter.georgetown.edu/people/dorinda-outram el 3 Agosto
2015. La traducción es mía.
[1]
Berkley Center. Dorinda Outram. Tomado de: http://berkleycenter.georgetown.edu/people/dorinda-outram
el 3 Agosto 2015. La traducción es mía.
[2]
OUTRAM, D. La Ilustración. Siglo XXI.
México, 2009. Pág. 9.
[3]
Ibidem.
[5]
OUTRAM, D. La Ilustración. Siglo XXI.
México, 2009. Pág 12.
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