Waili Tatiana Gamboa
Martínez.
Immanuel Wallertein: “(Nueva York, 1930) Sociólogo e historiador
estadounidense. Inspirado en los trabajos de Fernand Braudel, ha desarrollado
el concepto de «economía-mundo capitalista», en el que sostiene la necesidad de
analizar el capitalismo de forma unitaria y con perspectiva histórica, es
decir, las relaciones entre centro, periferias y semiperiferias como partes de
un único sistema mundial dentro del cual se da también el fenómeno de la
división del trabajo entre países explotadores, explotados e intermedios. Entre
sus obras destacan Cambio social (1966), El
moderno sistema mundial (3
vols., 1974-1980), Economía del mundo capitalista (1983), El
capitalismo histórico (1988), Raza,
nación y clase (1991) y El
futuro de la civilización capitalista( 1997).”[1]
El Marxismo-Leninismo había llegado a ser más una
variante del liberalismo wilsoniano que una alternativa, aunque expresaban sus
ideas con lenguajes diferentes, para Wallerstein concordaban en visiones del
mundo:
“1)Ambas defendían el principio de autodeterminación
de los pueblos; 2) Ambas abogaban por el desarrollo económico de todod los
estados, entendiendo por ello urbanización, comercialización, proletarización e
industrialización, con prosperidad e igualdad al final de arco iris; 3) ambas
afirmaban su creencia en las existencias de valores universales, aplicables a
todos los pueblos por igual; 4) ambas afirmaban su fe en la validez del
conocimiento científico […] como única base racional del avance tecnológico; 5)
ambas creían que el progreso humano era tanto inevitable como deseable, y que
para que ese progreso se produjera tenía que haber estados fuertes, estables y
centralizados; 6) compartían la creencia en el gobierno del pueblo –la
democracia-, pero l definían como una situación en la que en efecto se
permitían a expertos reformadores racionales tomar las decisiones políticas esenciales”[2]
La población, después los años 1980 entra en una
desilusión frente a los regímenes del poder producto del deterioro de la
estructura, declinación de los servicios gubernamentales pero sobre todo por el
fracaso de la promesa del “desarrollo”.
Desde el siglo XVI los pensadores europeos discuten
como aumentar la riqueza del reino. Los debates acerca del mercantilismo se
centraban en torno a cómo asegurarse que
ingrese más riqueza de la que salía del Estado.[3]
Para cuando llegó la primera guerra mundial que países
europeos occidentales habían llegado al “desarrollo” o por lo menos iban en
camino a serlo. Todos los países del tercer mundo buscaban eliminar el regazo y
alcanzar el “desarrollo nacional” y para eso buscaban donaciones y préstamos en
otros países.
El primer choque fue la revolución del 68, que rompió
“la costra ideológica” poniendo en evidencia la polarización Norte-Sur, además
surgió de la sensación de que el desarrollo nacional no había ocurrido. El
segundo fue el estancamiento económico mundial del periodo de 1970-1990, el
fracaso económico de casi todos los gobiernos de las zonas periféricas y
semiperifericas y la caída de los estados socialistas.[4]
La presión por la transformación política era
negativa, pues no eran dirigidos por la esperanza, sino por la desesperación
producto del descontento popular con el régimen y la desilusión política de los
países periféricos durante los años 80’s.
Vale le pena hablar, del papel de la cultura en un
proyecto de desarrollo. Para 1945-1970, la cultura era entendida como un
obstáculo para el desarrollo, pues la cultura representaba lo tradicional,
concepto contrario a lo moderno, se decía entonces que las zonas periféricas
eran arraigadas a las tradiciones y eso impedía la modernización y por ende el
desarrollo.[5]
Cuando el desarrollo como se había predicado en
1945-1970 no funciona, se considera entonces que la cultura sería la salvación,
pues podía ser la resistencia a la degeneración y el empeoramiento de la
situación política y económica, es entonces como la UNESCO busca respetar los
valores culturales para asegurar el “progreso social de los pueblos” y se
empieza a hablar del “desarrollo sostenible”.
Wallerstain llama la atención a la necesidad de la
“acción a nivel local”, pues esta es la que determina como salir de la crisis
actual del mundo global, y para esto es también necesario “limpiarnos” de
categorías y conceptos que no permiten ver las reales opciones históricas que
tenemos o podemos llegar a tener.[6]
Bibliografía:
·
Immanuel
Wallerstein. Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en
línea. Tomado de: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/w/wallerstein.htm el 1 de
Febrero 2016
·
WALLERSTEIN, Immanuel. Después del liberalismo.
[1] Immanuel Wallerstein. Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica
en línea. Tomado de: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/w/wallerstein.htm el 1 de Febrero 2016.
hola tenes un resumen del capitulo 1, gracias
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